Rally Mundial
Amigos de Noticias Veloces, la verdad es que no sabía bien si escribir y dedicarles a ustedes estas líneas hasta que pasó algo en mi vida cotidiana que me llevó a tomar impulso…
Es que esta pequeña historia ya tiene 28 años y tiene que ver con un jovencito que una madrugada de invierno tomó una decisión, que con el paso de todos estos años celebra y la voy a contar en primera persona.
Eramos varios los que íbamos a ir a la ruta, el lugar elegido: El camino al Pan de Azúcar, que como todo coscoíno conocíamos bien. Al pasar las horas todos los “soldados” se fueron bajando por el frío, porque “mi mamá no me deja” porque “tengo mucho que estudiar”, mil excusas. Entonces de ese grupo de seis o siete pibes quedó solamente uno… Era yo sólo, y no lo dudé un segundo, a eso de las 0.30 AM cargue la mochila con algunos “sanguches” , jugo y una improvisada bolsa de dormir hecha de frazadas viejas y salí. Llegué al lugar elegido en el cerro a eso de las 3 de la mañana y después de “pataconear” como decimos los cordobeses por espacio de unos 8 km. Lo recuerdo muy bien, era una especie de cuevita al borde del camino, había que treparse un poco y me instalé en ese lugar acompañado de un viejo espinillo. Prendí la radio y me puse a hacer el fuego para ganarle al frío de julio…
La espera fue larga, pero a eso de las 7.30 de la mañana, entredormido comenzaron a llamarme poderosamente la atención una luces impresionantes, verdaderamente impresionantes a lo lejos a mas de 20 km de dónde estaba en el tramo que une Tanti con Cosquín, era el primer “prime” del primer rally que se haya corrido en tierra cordobesa… y me seguían llamando la atención esas luces que parecían de un ovni, una nave espacial de otro planeta. Increible!!! Así lo veía y lo vivía, tenía apenas quince años. De pronto el tiempo se detuvo, las luces ya no estaban y sentí muy cerca el primer rugido de los monstruos…
Estaba yo solo a unos 2,5 km de la largada del tramo Pan de Azucar-Villa Allende, en pleno ascenso, las primeras luces del día ya le ganaban la batalla a la noche y de pronto sentí el susto más sorprendente de toda mi vida. Parecía realmente un león rugiendo a pocos metros de mi, fue una cosa difícil de entender (en ese momento) y de contarles hoy. No entendía nada… era algo impresionante, yo podía ver el camino por espacio de unos 300 metros, un retome y otros 150 metros más. La verdad es “QUE NO VI NADA”, pasó una cosa blanca y amarilla tirando piedras para todos lados, haciendo un ruido tremendo que (que quieren que les diga) me cagué todo…
Era el Audia A4 de Hannu Mikkola abriendo la ruta, algo nunca visto hasta entonces… Un monstruo gigantesco que arrasaba con todo lo que encontraba a su paso y se devoraba el camino dejando unas huellas increiblemente profundas. Fue la primera vez que ví estas “bestias” y desde entonces la pasión nunca más me abandonó. Cierro los ojos, pienso en aquel pibito de quince años y me emociono, tanto es así que no quería perderme la oportunidad de contarles esa anécdota a todos ustedes ahora que estamos a horas que empiece la fiesta.
Hugo Naya
@HugoNaya
Ha realizado 14 coberturas del Rally de la República Argentina para medios de la Provincia de Córdoba (SRT Servicios de Radio y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba, Canal 10, Radio Universidad AM 580, Power FM 102.3, LV2 AM 970, 99.7 FM)
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