lunes, 26 de enero de 2015

EL DÍA QUE UN PILOTO LE GANÓ AL NAZISMO

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@tbolano

Tazio Nuvolari
El 27 de enero se cumplirán 70 años  desde que el ejército soviético liberó a los prisioneros del campo de concentración  de Auschwitz (hoy Polonia) donde el régimen nazi comandado por Adolf Hitler ordenó la exterminación sistemática de un millón trescientas mil personas. El piloto de automóviles de nombre Tazio Nuvolari  pudo desafiar el poder del presidente alemán sin armas ni violencia… solo y a través del  deporte.  

En ese contexto donde nadie ni nada podía atormentar al líder del Tercer Reich, existó un hecho en 1935 en el cual se vulneró el poder del Führer (jefe o líder en alemán) 10 años antes de la liberación de los prisioneros de  Auschwitz. 

Si bien el primer campeonato de Fórmula Uno se concretó oficialmente en el año 1950 los años que se antepusieron fueron de alguna manera los albores de la competición mundial donde ya desde 1933 Adolf Hitler había puesto en marcha el totalitarismo.

Cuenta la historia que el 28 de Julio de 1935, se llevó a cabo la segunda fecha del certamen europeo en el circuito de Nurburgring (Alemania). El líder nazi junto su colaboradores se encontraban en el predio seguros de que los “Mercedes Benz” o los “auto unión” de fabricación teutona serían los ganadores de la prueba comandados por los pilotos nacionalistas. 

Un joven piloto italiano nacido en la localidad de Mantua (en la provincia de Lombardía) de nombre Tazio Nuvolari  les arruinó el festejo, ya que éste se quedó con la carrera y para más enojo de los presentes lo hizo al volante de un Alfa Romeo de fabricación italiana. 

Según relatos de la época, Hitler había ordenado claramente que :”Una victoria alemana sería imprescindible “ . Lo cierto es que Nuvolari no acató las ordenes y en una dramática última vuelta  al trazado de  174 curvas y poco más de 28 kilómetros, Tazio le arrebato la primera colocación al favorito y casi héroe nacional Rudolf Caracciola en el Mercedes Benz .
Por aquel entonces la revista Motorsport recordó en sus líneas el silencio sepulcral al momento de la culminación de la prueba. Nadie se movió de sus lugares y esperaron un momento hasta asimilar lo irremediablemente acontecido. 

Tal fue la sorpresa, que en la ceremonia de premiación no tenían el himno italiano, pero Tazio Nuvolari  fue ovacionado de igual manera. 

Lejos de las muertes absurdas que produjo el holocausto (con el respeto que se merecen los acontecimientos), vale una cuota de desafío  e irreverencia ante el poder  y la soberbia. Tal vez Tazio fue uno de los pocos hombres que pudo lastimar el ego del monstruo, hacerlo subordinar aunque sea unos minutos y ante la mirada de las casi 30.000 personas que se encontraban en Nurburgrin el día que un piloto le ganó al nazismo.  

 

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