(Historia de la Fórmula Uno)
por: Germán Hasicic
@gerhasicic
El
inicio de la temporada 2013 de la
Fórmula 1 marcará un quiebre en su tradición y rica historia.
Por primera vez, y desde su creación en 1950, Europa perderá el liderazgo como anfitriona
del mayor número de grandes premios en el calendario.
Destronado a manos de Asia, el viejo continente deberá conformarse con
la organización de apenas siete carreras sobre diecinueve a disputarse. Ocho
son los circuitos orientales que serán parte del calendario: Sepang (Malasia),
Shanghai (China), Sakhir (Bahrein), Marina Bay (Singapur), Yeongam (Corea del
Sur), Suzuka (Japón), Buddh (India) y Yas Marina (Emiratos Árabes Unidos).
Mientras que las carreras que conformarán la gira europea serán Montmeló
(España), Montecarlo (Mónaco), Silverstone (Gran Bretaña), Nürburgring
(Alemania), Hungaroring (Hungría), Spa-Francorchamps (Bélgica) y Monza
(Italia).
Es innegable que ha habido cambios sustanciales desde aquella primera
temporada a la actualidad. El campeonato inaugural contó con siete GP´s
(Grandes Premios): seis europeos (Gran Bretaña, Mónaco, Suiza, Italia, Bélgica
y Francia) y un americano (Indianápolis). La proporción casi absoluta de
Occidente respondía a factores elementales como la nacionalidad de las
escuderías/marcas y sus capitales, pilotos, auspiciantes. La Fórmula 1 nació
circunscripta al “compás” europeo: había sido creada por y para ellos.
En 1953, Argentina se sumó al calendario mundial, trasformándose en la
primera sede sudamericana. El notable desempeño de Fangio y su primer
campeonato obtenido en 1951 valieron el desembarco de la F1 en nuestro país. En las
siguientes temporadas se incorporaron nuevos circuitos en distintos puntos:
Marruecos (Ain- Diab 1958), Sudáfrica (Prince George 1962, posteriormente
Kyalami), México (Hermanos Rodríguez 1963), Canadá (Mosport Park 1967, a partir
de 1978 en el Gilles Villeneuve), Brasil (Interlagos 1973, alternando con
Jacarepaguá en los 80). Pese a ello, Europa continuó concentrando lamayoría.Recién
en 1976 se disputó un gran premio en tierras asiáticas, en el trazado japonés
de Fuji, siendo apenas una incipiente semilla que germinaría un auspicioso
futuro. En aquel campeonato ganado por el excéntrico James Hunt se disputaron
dieciséis GP´s: diez en Europa y el mencionado en Japón, una proporción
aplastante. Entre 1978 y 1986, el GP
nipón no se disputó. Recién a partir de 1987, Fuji y Suzuka se afianzaron como
la última competencia en el calendario. En ese momento ningún organizador,
patrocinador, piloto o miembro de la esfera de la F1 hubiera imaginado que se encontraban frente al
gran proveedor del mañana. Asia no contaba con ninguna de las herramientas
fundamentales e imprescindibles para competir con el omnipotente mercado
occidental: tradición, infraestructura y capital.
Hacia fines del milenio, y luego
de cincuenta años de competencia, la
Fórmula 1 había escrito sus momentos dorados sobre el asfalto
de las pistas europeas. Estas fueron testigos de épicas carreras, coronación de
colosales campeones y escenarios de dolorosas tragedias. Muchos de ellos fueron
trazados-escuela. Monza, Silverstone, Hockenheim, Nürburgring,
Spa-Francorchamps, Magny-Cours, Montecarlo, entre otros, fueron los que
“europeizaron” la categoría, imprimiéndole una identidad. Sin embargo, la
llegada de Bernie Ecclestone a la cúpula deportiva y comercial abrió el juego
hacia nuevos horizontes, poniendo en jaque el consolidado e impenetrable tour
del viejo continente.
El
monarca Ecclestone y la orientalización
de la F1
La apertura de la
Fórmula 1 hacia tierras asiáticas y la explotación de las
utilidades deportivo-comerciales tienen nombre y apellido: Bernie Ecclestone.
Sin lugar a dudas fue el autor intelectual y material de una revolución en la
máxima categoría del automovilismo, refundándola y promoviéndola a través de
medidas que iniciaron un proceso de “popularización”.
Los inicios de Ecclestone como empresario en el mundo motor se remontan
a 1957, año en que adquirió el extinto equipo Connaught. En 1972, el británico compró
la escudería Brabham y creó junto a otros propietarios (Frank Williams, Colin
Chapman, Ken Tyrrell, Max Mosley y Teddy Mayer) la Asociación de
Constructores de Fórmula 1 (FOCA). En 1978 asumió la dirección del organismo,
negociando con la Federación Internacional
del Automóvil (FIA) y su presidente Jean Marie Balestre, la división de
ganancias televisivas entre las partes: Ecclestone, la FIA y los equipos.
En 1987 dejo de ser propietario y creó la Formula One Promotions
and Administration (FOPA, que más adelante se denominaría Formula One
Management). Se hizo cargo de los derechos televisivos cedidos por las
escuderías, quedándose con el 49% de los beneficios. En 1997 firmó el Pacto de
Concordia, un reglamento que rige el campeonato de la F1 y mediante el cual Ecclestone
se responsabilizó de los derechos televisivos a cambio de pagos anuales. A
partir de esa temporada se transformó en el jefe comercial de la F1.
La visión y el talento
empresarial de Ecclestone comenzaron a notarse inmediatamente. Conocido por sus
polémicas declaraciones como “La muerte de Senna fue buena para la F1” y su simpatía por el régimen
de Sadam Hussein, aseguró que la
Fórmula 1 estaba estancada en un pozo. Para ello, sugirió que
el “circo” de la F1
fuera llevado a nuevos países, a sitios donde pudiera popularizarse y recobrar
la atracción que estaba necesitando. Sus ideas generaron controversias, ya que
algunos protagonistas sostenían que la medida iba en contra de la tradición
occidental de la categoría y en perjuicio de los equipos y pilotos. Estos
últimos tendrían que recorrer extensas distancias para trasladarse, afrontar
costos de transporte y acarrear con cansancio físico.
Pese a ello, el mandamás posó sus ojos en el horizonte asiático, un
mercado ávido para millonarias inversiones y jugosos contratos. En 1999, el
circuito malayo de Sepang hizo su estreno en el calendario. Su buena aceptación
logró que se mantuviera hasta la presente temporada. Ecclestone no tenía en
mente eliminar fechas, sino por el contrario agregar grandes premios. De esta
forma, en 2004 se sumaron dos nuevos circuitos al calendario, Sakhir (GP Bahrein)
y Shanghai (GP China), alcanzando las 18 competencias anuales. En 2008 se anexa
Marina Bay (Singapur) y Yas Marina (Abu Dhabi, EAU) en 2009.
En una década, Asia se transformó en sede de 5 nuevos GP´s. Las críticas
le llovieron a Ecclestone, argumentando que los circuitos carecían de sectores
para efectuar adelantamientos y poseían importantes defectos y dificultades
para adaptar a los monoplazas. Entre ellas, las altas temperaturas, el
frenético desgaste de neumáticos y las imperfecciones y suciedad de las
superficies. Sin embargo el monarca británico continuó con su “cruzada” en
Oriente sin miramientos y disparó que “si fuese por la crisis económica
europea, la F1
hubiera muerto hace años”.
Yeongam (Corea del Sur) en 2010 y
Buddh (India) en 2011 fueron las últimas incorporaciones. Los “raros circuitos
nuevos” llegaron para quedarse. Circuitos históricos como Brands Hatch,
Estoril, Imola y Magny-Cours fueron despojados de su esplendor y protagonismo
por el aluvión oriental. Habrá quienes estén a favor del cambio y quienes se lo
rechacen acérrimamente. Lo cierto es que Bernie
lo hizo.
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