(Fórmula Uno Opinión)
Por: Leandro Bolano
A raíz del anuncio, del retiro
definitivo de Michael Schumacher de la
Fórmula Uno, muchos medios periodísticos,
se tomaron un tiempo para analizar la noticia. Unos sentenciaron al alemán de
haber desgastado su imagen desde 2010, otros que ya no puede competir contra
las nuevas generaciones y algunos más no dejan de celebrar su rico aporte al
automovilismo mundial.
Lo cierto, es que el 25 de
Noviembre, será la última vez que el 7 veces campeón del mundo se calce el buzo
anti flama, los guantes, las botas y el casco para ir en busca de una bandera a
cuadros que seguramente le bajaran quienes lo adoran, lo siguen, lo nieguen o simplemente le reconozcan
su vasta trayectoria.
Schumacher se convirtió en una herramienta hegemónica en la F1. Negativamente
ante el propósito del entretenimiento, “El Kaiser”, produjo un
estado de fastidio generalizado entre
los seguidores de la máxima categoría mundial, dado a su supremacía y carácter en
querer ganarlo todo (objeto que superó con creces).
Tal es así, que durante varias temporadas, las noticias
terminaban siendo las superaciones personales, batiendo records tras records en
casi todos los rubros disponibles.
En lo metafórico, se lo podría asimilar a un Árbol, el cual fue creciendo y ocupando
casi todo el espectro de energía, y asimismo no dejando crecer a quienes lo
precedieron en intentos por superarlo, siempre bajo la sombra de su gran copa, mullida de ramas y
hojas cargadas de experiencia obtenida .
La corteza está aún marcada e impregnada por el paso del tiempo. Casi 20
años son los que pasaron dejando contrastes irremplazables y como una huella dactilar,
diferente a las demás, haciendo que cada temporada retome su voluptuosidad.
Cada uno en su contexto, Fangio,
Senna, Prost, Schumacher Etc. fueron parte de un momento histórico e irrepetible, tal vez, sean “elegidos” para
escribir las paginas doradas con hazañas
para la fama y el reconocimiento, pero
cada uno plasmó su estilo propio y singular de hacerlo.
Desde su incorporación en 1991 en
el GP de Bélgica en remplazo de Bertrand Gachot, a bordo de un “Jordan” a su fichaje relámpago en “Benetton” una carrera
más tarde, hasta la temporada 1995. Su paso por “Ferrari”, donde construyó su
imperio desde 1996 hasta su primer
retiro a fines del 2006, su reingreso en 2010 al equipo Mercedes produjo ríos de de tinta consumidos por el papel de los periódicos
y también, de voces que se pronunciaron
para citarlo.
Nada menos que, 300 grandes
premios, 91 victorias, 155 podios, 69 poles position, 77 vueltas rápidas en
carrera, son la derivación causal de 7 coronas
que construyó con determinación.
Lo inevitable ya tiene fecha de
vencimiento, el 25 de Noviembre será aquel día en que se de vuelta otra página
en la rica historia de la F1, “Schumi” aquel árbol de copa frondosa dejará un
espacio para que otros de su misma especie
puedan acariciar el cielo, siempre
y cuando sean capaces de hacerlo.
Nada para reprochar, mucho para
agradecer. Un autentico campeón que merece ser conmemorado en cada momento hasta
aquel día que marcará un final. Con espíritu
de gladiador, Schumacher nos está despidiendo, a los románticos del deporte
motor celebremos cada instante de su presencia en las pistas, para celebrar a
un gran ídolo de la F1.
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