(Fórmula Uno)
@tbolano
Al igual que la letra de Alfredo Le Pera bajo la interpretación de Carlos Gardel, Bernie Ecclestone intenta regresar a su momento
de esplendor. Si bien el paralelo
trazado se bifurca entre la música y el deporte, bien vale la comparación para
exponer la metáfora de un cambio necesario en la Fórmula Uno.
El inglés máximo responsable de la categoría mundial, se encuentra por
fuera del eje trazado a principios de los 70 donde su ingenio lo catapultó a
generar la venta de los derechos de la
televisación de un deporte que prontamente lo envolvió en un hegemónico instrumento de dominación para hacer y deshacer
lo que quisiera, a modo de un
absolutista monarca Ingles de siglo XV.
Si señalamos a la F1, se desprende
como un sinónimo la palabra velocidad, a la cual se le debe anexar sonido y
también el generador de éstos últimos conceptos “el motor”.
Es aquí donde radicaron las distintas variantes y cambios de paradigmas
dentro de la categoría a lo largo de su historia, pero específicamente a la
referida al momento de la mediatización ya como una marca distintiva de la tecnología
aplicada al deporte especatcularizado.
Ecclestone comenzó su actividad como dirigente a principios de los 70,
donde los propulsores de 3000 cc atmosféricos o 1500 cc
sobrealimentados eran las bestias a domar por los pilotos hasta llegar a 1986,
donde se pasó a los 1500 cc
sobrealimentados exclusivamente.
1988 inició su
temporada sumando un nuevo concepto. Los impulsores de 3500 cc atmosféricos para pujar una lucha de ingeniería contra los
de 1500 cc de la década anterior, pasando dos años más tarde al único
homologado (3500 cc atmosféricos) para todos los equipos y a los de 3000 cc hasta
el 2000 año que se introdujeron también
los V10.
El consumo, el
peso, los costes y la mantención de
aquellos motores, originó un nuevo acuerdo entre Ecclestone, la FIA , los
constructores y equipos, para iniciar en 2006 la nueva generación de los V8 y V10 limitados a 16.800 RPM.
Solo por un año
(2007 a 2008) sirvieron los V8 de 2400 cc atmosféricos limitados a 19.000 RPM y
un año más tarde hasta 2013 siguieron los mismos propulsores pero restringidos
a 1.800 RPM.
Los cambios económicos
en el mundo no les fueron esquivos a la F1. A muchos de los equipos les costó
mantenerse dentro del campeonato, mientras que los más grandes (Ferrari,
McLaren, Williams…) si bien con un andamiaje tecnológico importante, también
fueron presos de la incertidumbre sobre los nuevos horizontes a recalar.
Ya en 2014, un
nuevo reto se ponía en práctica concreta desde los ensayos de pretemporada en España, con los desconocidos V6 limitados
a 15.000 RPM y una ingeniería electrónica
que provocó el declive del 4 veces campeón (2010/11/12 Y 2013) Red Bull motorizado por la casa francesa Renault, como
así la superioridad de Mercedes Benz y
el título indiscutido en 2014.
Gardel dice :” Y
aunque no quise el regreso, Siempre se vuelve al primer amor”.” Vivir con el
alma aferrada, a un dulce recuerdo que lloro otra vez. Tengo miedo del
encuentro con el pasado que vuelve a enfrentarse con mi vida. Tengo miedo de
las noches, que pobladas de recuerdos encadenen mi soñar. Pero el viajero que
huye, tarde o temprano detiene su andar”.
“Guardo
escondida una esperanza humilde que es toda la fortuna de mi corazón..”
Bernie
Ecclestone , también vuelve con la frente marchita y es ese recuerdo de éxito rotundo
de años anteriores lo que le provoca un inmenso pesar. Lejos de la fortuna del
corazón que enuncia Gardel, a Bernie le preocupa la baja de audiencia mundial y
por ende los ingresos que éstos le provocan, poniéndose en campaña desde ahora para
retomar parte del viejo amor con sonido estruendoso producido por los motores V8 y así
una vez más barajar y dar de nuevo como un nuevo tango al estilo inglés.
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