@tbolano
El
14 de enero se cumplirán 29 años del
fallecimiento de Thierry Sabine piloto
francés fundador del Rally más conocido del mundo. seguramente el parisino no podría haberse imaginado que su
proyecto de competencia extrema llegaría a ser la prueba de desafío que no solo
las grandes marcas de automóviles, Motos, Cuatriciclos y camiones quieren tener
en su haber, sino la de los hombres más osados que buscan en el banderazo final
el salto a la inmortalidad deportiva.
Tal es
así que el lema con que promocionó su idea rezó desde entonces: “Un
desafío para aquellos que parten. Un sueño para quienes se quedan”. Nada
podría expresar mejor el pensamiento de
Sabine en relación a lo que hoy se conoce como “ El Dakar”.
Aquel
sueño que se originó cuando Sabine
se perdió con su moto en el desierto de Libia mientras disputaba el
Rally Abidjan-Niza en 1977 encontraba su lugar en el mundo del deporte un año más tarde.
Lo
cierto es que la prueba tuvo su inicio el 26 de diciembre de 1978 con partida
desde los jardines del Trocadero en la
ciudad Luz (París) para recorrer un poco más de 10 mil kilómetros transitando Francia,
Argelia, Niger, Mali hasta llegar a
destino en la capital de Senegal próximo
a la costa atlántica africana (Dakar).
Desde
entonces la actividad deportiva motor más emblemática del mundo a nivel resistencia,
unió los destinos de Paris -Dakar en 26 oportunidades, solo en 1992 culminó en
Ciudad del Cabo, y en 2003 cerró su periplo en Sharm el-Sheij ( Egipto). En
2008 la organización dispuso la no realización por amenazas terroristas, lo que
derivó su llegada a tierras del Continente sudamericano hasta la presente
edición 2015.
“comprendo que mi vida vale cada vez
menos. Y es entonces cuando prometo que si salgo con vida de esta experiencia
barreré cuanto de superficial contenga mi existencia” señaló en sus escritos mientras estuvo perdido en el desierto de Teneré
(libia) en 1977.
Fue aquel
14 de Enero de 1986 cuando en el
desierto de Mali el helicóptero que tripulaba junto a otros tres pasajeros y en
busca de motociclistas perdidos en la prueba, el aparato impactó en medio de la invisible oscuridad
contra una duna de 30 metros de altura provocando el siniestro y la muerte instantánea
de Sabine y el resto de sus ocupantes.
Hasta
en esa acción caprichosa y muy lejana a ser irónica, Thierry Sabine dejó no solo sus sueños que alcanzó a ver y palpar
como piloto y como organizador de la exigencia reconocida mundialmente, sino la imagen de un
hombre que estuvo “al borde del hombre “y que el tiempo decidirá si alguna vez
la prueba más exigente de la tierra será llamada Rally Sabine!
El
desierto me marcó profundamente y desarrolló en mí un instinto y una
sensibilidad muy particular y sobre
todo, unos deseos insuperables de volver. Pero, desde luego….jamás volveré
solo!”
T.S
No hay comentarios:
Publicar un comentario