Por: Leandro Bolano
La relevancia del caucho en la Fórmula Uno, no deja dudas que es vital. Pirelli se encuentra en un periodo asentamiento todavía en el gran mundo de la máxima categoría mundial, por lo que los compuestos en constante desarrollo quitan performance al trabajo de las escuderías haciendo que sus ingenieros trabajen en función de la goma sobre los monoplazas.
Es una ley dentro del mundo de la velocidad y más aún en el slogan de la marca Italiana de neumáticos “la potencia sin control no sirve de nada” a lo que se podría hacer una pregunta ¿el control sobre la potencia, cuánto tiempo dura?
Las últimas tandas de clasificación, que generalmente fueron desde siempre la batalla final del sábado clasificatorio, lejos quedaron de los años dorados, donde pilotos y máquinas salían a pulverizar registros y demostrar que quienes giraban se encontraban en condiciones de prever el rendimiento general en virtud de la gran exigencia “la carrera”.
Dice un viejo dicho: “quien golpea primero golpea dos veces” no haciéndose de una lógica argumentada ni sustentable, el no salir a quedarse con la pole y sí encontrar en la especulación la línea de partida para una estrategia.
Cambios y más cambios nos depara la eterna readaptación de la Fórmula Uno, a un mundo mediatizado por las cámaras y sus millones de seguidores. Dar espectáculo (con todo lo que ello conlleva) revitalizando en términos de magnitud a los neumáticos sobre la capacidad de pilotos y equipos es ir en desmedro de la historia misma de la máxima categoría mundial del automovilismo.
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