(Fórmula Uno)
Por: Miguel Colazo
En su cuarto año consecutivo tratando de volver al protagonismo
que en la mitad de los años 50, 1954 y 55, tuvieron los Mercedes Benz en
la Fórmula 1, ganándose el bien merecido apodo de “flechas de plata”,
esta nueva versión nacida al cierre del primer decenio del Siglo XXI,
con un origen totalmente diferente al de sus antecesores, está empezando
a lograr su cometido para darle al campeonato mundial de la categoría
de este año una segunda parte cargada de intensidad competitiva.
Después
de la compra por parte de la casa germana Mercedes Benz, al cierre de
la temporada 2009, del equipo que dominó ese año, el Brawn Racing,
utilizando sus motores, vinieron tres años que no fueron lo que se
esperaba.
Ni el retorno a las pistas de Michael
Schumacher ni la promesa de juventud y talento de Nico Rosberg
parecieron justificar una inversión grande para copar en forma rápida y
segura la escena en la especialidad.
Por eso, a fines
del 2012, era necesario tomar una decisión demoledora, o se seguía para
tomar la senda triunfadora o se retiraba todo como un intento fallido de
algo que se insinuó fácil y terminó siendo demasiado difícil.
Para
ello, debieron rodar algunas cabezas gruesas y pesadas, especialmente
la de Norbert Haug, el jefe técnico de Mercedes Benz y además directivo
de línea dura del equipo, para quien llegó una merecida o no tan
merecida jubilación y el comando pasó a manos de una dupla muy
convincente en eso de tener éxito en terrenos particularmente
dificultosos:Toto Wolf y Niki Lauda.
Una apuesta dura y
peligrosa para ellos porque no les daban otras alternativas que volver
al tiempo de las famosas“flechas de plata”. Y si bien el comienzo de la
temporada fue particularmente adverso o difícil, al filo de la mitad del
año los Mercedes se han convertido en los protagonistas principales del
torneo, donde Red Bull ha acumulado una ventaja considerable a su
favor, pero si las cosas siguen como se vienen observando en las últimas
carreras, las nuevas flechas pueden empezar a producir efectos letales
entre sus rivales.
Silverstone no tenía por qué ser lo
que fue, una carrera rara y atípica. Se sabe que con las gomas que hace
Pirelli no hay garantías de ningún tipo cuando de durabilidad se trata, a
diferencia de las Bridgestone que no se rompían ni aunque tiraran
clavos miguelito a las pistas, o sus niveles de desgaste y rotura eran
muchísimo más previsibles.
En el tradicional circuito
inglés donde se corrió la primera fecha de la historia de la Fórmula 1
las nuevas“flechas de plata” hicieron el uno-dos en las pruebas
clasificatorias y largaron desde la primera fila.
Lewis
Hamilton, el poleman, se escapó en la punta y empezó a elaborar una
interesante ventaja cuando antes del décimo giro se le desbandó la
cubierta trasera izquierda. Un ratito después le pasó lo mismo a Felipe
Massa y y otros minutos más tarde a Jean Eric Vergne. La histeria de las
gomas ganó el “pir wall”, se ordenó la salida del “pace car”para
limpiar el asfalto de los restos de caucho que habían quedado esparcidos
y se generó así una competencia totalmente diferente a cualquiera de
las del resto de la temporada.
Una vez más parecía que
la suerte y la verdad estaban del lado de Sebastián Vettel y su Red
Bull Renault, pero atención que Nico Rosberg con la flechita estaba a
poco más de un segundo y en posición de atacar en cualquier momento.
No
hizo falta porque el auto número 1 manejado por el número 1 se plantó y
se plantó, por un problema técnico, para colmo en un lugar peligroso,
por lo que volvió a salir el auto de seguridad. Y se llegó a un final
apretadísimo entre Rosberg, que hizo una carrera magistral administrando
el caucho y Mark Webber que se recompuso de una mala largada y se vino
con todo terminando a la cola del Mercedes ganador.
Y
tercero Fernando Alonso con una Ferrari que a duras penas había podido
entrar en la largada de los diez de adelante, pero el gallego manejó
como los dioses para completar un podio que era difícilmente imaginable.
Hamilton remó y remó para quedar 4º, delante de Raikkonen, Massa, Sutil
y Ricciardo.
Con apenas esta semana por delante, los
equipos ya pusieron proa a Nürburgring donde el domingo venidero se
corre el Gran Premio de Alemania y las nuevas flechas de plata tratarán
de demostrar que han dejado de ser un adorno más dentro de la pista.-
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