jueves, 16 de enero de 2014

PATRON DEL MAL Y ADICTO A LA VELOCIDAD

NOTICIAS VELOCES
(Perlas del automovilismo) 
por: @tbolano


El capo,  el duro, el zar de la cocaína fue también un novato entusiasta del vértigo y la adrenalina. Pablo Emilio Escobar Gaviria despuntó uno de sus tantos vicios participando en competencias automovilísticas  en Colombia . La categoría “Copa Renault 4” fue la anfitriona para que Escobar se lance a descubrir  nuevas sensaciones con un medio motor que también fue todo un emblema en la identidad  del pueblo colombiano como el  R4  importado por España  (en principio) en 1965 y ensamblado luego por la firma “SOFASA”  en la localidad de  Envigado ya para el año 1970.
Este “carro” se ganó lentamente la admiración del pueblo cafetero por excelencia y también el del joven Pablo, que junto a su primo Gustavo Gaviria  y   bajo la esponsorización de la firma de bicicletas “Ositto” del hermano de Escobar (Roberto)  constituyeron un team  que dio batalla en las pistas entre debutantes  y novatos  en la especialidad.

1979 fue el año para desarrollarse dentro del automovilismo deportivo, alternando con otras actividades que poco tenían que ver con la sana competición. Los medios gráficos como  “El tiempo” o “ El espectador”  (ambos de Bogotá) siguieron  muy de cerca el desempeño de los Gaviria, sin dar cuenta hasta ese momento lo que años más adelante sería una guerra declarada entre Escobar y “El espectador” pero ya en el terreno  de la descalificación por parte del matutino, siendo este uno de los acérrimos enemigos del Cartel de Medellín comandado por Escobar.
Reza en los titulares deportivos del medio grafico “El tiempo”  a mediados de 1979: Entre los novatos se destacan Lucio Bernal, de Bogotá; Pablo Escobar, Gustavo Gaviria y Juan Yepes, todos de la capital antioqueña”, “Volantes como Pablo Escobar están en plena alza…Escobar marcha segundo en la general a 13 puntos del puntero”.
Seguramente no se lo recordará  al “capo” por su paso por el automovilismo colombiano, pero en todo lo que hizo dejó una huella y un sello indeleble con su presencia, siendo este pasaje  una perla más en la enigmática vida del Narcoterrorista  que años más tarde se convertiría en el más brutal organizador del caos,  de la muerte a sus opositores  y tráfico de cocaína del mundo.        
 

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