lunes, 25 de agosto de 2014

LA IMAGINACIÓN AL VOLANTE

NOTICIAS VELOCES


Juan Pablo Zangara
(Especial para Noticias Veloces.)


1. Toda la magia está en las letras, dirían los arduos discípulos de la Qabbalah. Basta con presionar la A, y el sonido inconfundible del gato automático elevará el auto. O la B, y las llantas se verán reforzadas con mayor potencia de tracción. O la C, y dos sierras circulares talarán cuanto obstáculo se cruce. O la D, y la cabina será presurizada, a prueba de balas y con capacidad submarina. O la E, y las luces de láseres iluminarán toda extensión. O la F, por si el auto corre bajo el agua, y además del oxígeno en la cabina habrá un periscopio con monitor. O la G, y un robot mensajero con forma de pájaro surcará el aire en busca de ayuda.
   Apenas hay que imaginar todos estos comandos desplegados en la rueda del volante (¿no los llevan, acaso, los monoplazas de la Fórmula 1?) para que cobre forma, una vez más, el primo animado de otros tantos autos fantásticos, como el Batimóvil o los glamorosos carros de 007. Sí, ahí viene, es el Mach 5 (el número de la velocidad hipersónica), ese bólido blanco brillante que lleva una M roja en el capó, el fabuloso coche de carreras que sólo sabe manejar un noble muchachito al que aprendimos a identificar como Meteoro. (Trampitas de la traducción. El personaje creado en 1967 por el japonés Tatsuo Yoshida se llamaba Gô Mifune; de ahí la G bordada en su chomba azul y la letra en el centro del volante, y de ahí la M en el capó.)

2. Cuando probaron de recrear con actores de carne y hueso a los personajes de Speed Racer (y profusión de green screen, para extremar los lisérgicos efectos especiales), los hermanos Wachowski no se olvidaron de nadie: Meteoro, papá Pops –el calentón genio mecánico de la familia-, mamá, Bujía –el asistente del taller-, Trixie –la intrépida noviecita-, los insoportables Chispita y Chito –siempre subidos de polizón en algún baúl- y, por supuesto, Rex, el Corredor Enmascarado, el hermano mayor del héroe (también lleva una enorme M roja en su buzo, por si quedan espectadores distraídos). (El único que desafía al padre y se va de casa, ¿no será por eso que se convierte en el mejor corredor? ¿No cansa el papel ideal de buen hijo que sabe desempeñar Meteoro?) La cosa parece no haber funcionado. Hoy, la fascinación de los chicos corre por otros carriles; y nuestra infancia ya había sido feliz con el dibujito.
   Es cierto, se trata de un animé de la vieja época (como Astroboy, por ejemplo). Pero, ¿quién estaba dispuesto a perderse un capítulo? En el flujo onírico de las carreras (donde los coches hacían acrobacias increíbles en una geografía plagada de despeñaderos, en rutas donde llovía siempre y toda maniobra equivocada terminaba en una explosión), en la sucesión fantasiosa de las aventuras (con un ritmo narrativo que apelaba al suspenso y el fundido en negro para encadenar la atención), no faltaban los empresarios inescrupulosos, los villanos del mundo motor (como el equipo Alfa), y la enseñanza de que es el dinero, en definitiva, lo que mueve esta competencia.
(En su taller de Barracas, Alejandro Konrad fabricó una asombrosa réplica del Mach 5, que se puede ver en http://www.youtube.com/watch?v=g5IG36gaySc.)

3. El sueño real de Meteoro está en las 24 horas de Le Mans. Los autos con los que compite se parecen a los modelos deportivos de los años ’60, como la Ferrari 250 Testa Rossa o el Ford GT40 (entonces dueños de la hegemonía en el circuito de la Sarthe). Como en Le Mans (al menos hasta 1970), los pilotos de estas carreras animadas deben correr y treparse a sus autos para largar. En ambos márgenes de la pantalla, cada desafío es una oportunidad para la intriga de los malos y para la caballerosidad de los buenos.

 

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