martes, 29 de mayo de 2012

Williams-Renault: la dupla dorada que marcó una época en la historia de la Fórmula 1

NOTICIAS VELOCES
(Historias de la Fórmula Uno)

Por: Germán Hasicic

Hegemónica como pocas, dejó una perniciosa huella en la máxima categoría del automovilismo mundial. Una sociedad que arrasó y rompió con cuanto record se le opuso. Durante los ´90 se consolidó como el equipo líder de la F1, con el privilegio de contar en su monoplaza con pilotos de la talla de Ayrton Senna, Alain Prost y Nigel Mansell. Para muchos especialistas, fue creadora del auto más sofisticado y tecnológicamente avanzado de la historia: el FW15c. A inicios de la temporada 2012, ambas marcas rubricaron nuevamente sus firmas luego de quince años: ¿Será el inicio de un segundo reinado colmado de triunfos y laureles?

A lo largo de su historia, la Fórmula 1 ha sido testigo de grandes campeones, maniobras épicas e inolvidables carreras. Todos ellos han dejado su huella en el imaginario colectivo de los aficionados, inmortalizados a través de imágenes y apasionantes relatos. Sin dudas, el binomio Williams-Renault ha escrito una de las páginas más exitosas y memorables en “el libro” del automovilismo mundial. Su conformación y sucesiva obtención de triunfos, premios y récords le valieron para moldear un sello propio: vanguardistas del asfalto.

El lazo entre Williams y Renault comenzó a tejerse a fines de los ´80, período en el cual McLaren-Honda se erigía como líder y marcaba el ritmo en las pistas. En 1989, se formalizó el vínculo, en el que la marca francesa proveería al FW13 diseñado por Patrick Head con su motor V10. El italiano Riccardo Patrese y el belga Thierry Boutsen (tras la partida de Nigel Mansell a Ferrari) se transformaron en los primeros pilotos de la naciente sociedad. En esa temporada, Boutsen obtuvo la primera victoria de la alianza en el GP de Canadá, finalizando segunda en el campeonato de constructores, detrás de los intratables McLaren-Honda de Ayrton Senna y Alain Prost. En 1990, Williams repitió el subcampeonato y acordó el regreso de Mansell a la escudería para reemplazar a Boutsen. El campeonato de 1991 fue aún más favorable, ya que tanto en el campeonato de pilotos como de constructores, los Williams-Renault lucharon hasta el final para quedarse con ambos títulos. La brecha con McLaren era cada vez más estrecha, y el poderío de la escudería de Grove se consolidó, perfilándose como una severa amenaza en un futuro cercano.

Sin dudas, el ritmo arrollador del Williams-Renault demostrado en 1992 significó la apertura de un nuevo reinado en la Fórmula 1. Nigel Mansell logró 9 victorias y 14 pole position, y el equipo también se adjudicó el campeonato de constructores. El FW14 minimizó cualquier intento de los rivales de quedarse con cualquier premio. La superioridad se evidenció aún más en 1993, con la dupla Prost-Hill. Ese año, los Williams nuevamente repitieron los éxitos de la temporada anterior, y Prost obtuvo su cuarto campeonato de pilotos, retirándose del profesionalismo. El artífice de tal superioridad fue el poderoso FW15c que presentó la escudería. No eran un modelo más, sino el que fuera señalado por expertos como “el monoplaza tecnológicamente más sofisticado de la Fórmula 1 de todos los tiempos”, incorporando frenos ABS, el control de tracción, acelerador electrónico, controlador de válvulas, caja semiautomática y la suspensión activa (que permitía eliminar las imperfecciones del asfalto y tomar las curvas a gran velocidad sin perder estabilidad y agarre). Patrick Head y Adrian Newey fueron los padres de la criatura, que desarrollaron una máquina de 800HP y que le aseguró a Williams una cosecha escalofriante al final de la temporada: 10 victorias (7 Prost y 3 Hill), 22 podios (12 Prost y 10 Hill) y 15 pole position (13 Prost y 2 Hill). Williams-Renault rompió con toda marca histórica y récord, mientras establecía una hegemonía como pocas veces vista. Las declaraciones de Ayrton Senna y su deseo de formar parte del proyecto eran elocuentes: “Correría gratis para Williams”.


Con las modificaciones sancionadas por la FIA en 1994, a partir de las cuales se suspendían las ayudas tecnológicas, Williams tuvo que planificar un nuevo coche. Tras el accidente fatal de Senna en Imola, Mansell y David Coulthard se sumaron al equipo en su reemplazo. Damon Hill estuvo muy cerca de quedarse con el título de pilotos, tras el polémico desenlace en Adelaida y la maniobra de Michael Schumacher, y debieron conformarse con el campeonato de constructores. Pese a que en 1995 no se consiguieron títulos, Williams-Renault continuó innovando. Los resultados llegaron en 1996 y 1997, con nuevos dobletes de piloto (Hill y Jacques Villeneuve respectivamente) y constructores. En 1997, Renault decidió retirarse de la Fórmula 1, lo cual significó un quiebre en la performance de la escudería inglesa. La temporada 1998 fue apenas discreta, con motores Mechacrome que en nada se parecían al rendimiento, potencia y confiabilidad de los franceses.


La dupla Williams-Renault cosechó números realmente impactantes: cuatro Campeonatos de pilotos (Mansell 1992, Prost 1993, Hill 1996 y Villeneuve 1997) y cinco Campeonatos Mundiales de Constructores (1992, 1993, 1994, 1996 y 1997). Estas cifras contabilizan más la mitad de los galardones obtenidos por Williams en su historia (siete de pilotos y nueve de constructores). El poderoso motor Renault V10 y sus evoluciones, junto al chasis diseñado por el brillante Newey, le permitieron a Williams escribir una de las páginas doradas del automovilismo durante los ´90.

En 2012, Williams y Renault volvieron a unir sus firmas tras quince años, con Pastor Maldonado y Bruno Senna como pilotos del equipo. En el pasado Gran Premio de España, el venezolano Maldonado logró la victoria para el equipo de Grove, luego de casi 8 años (Juan Pablo Montoya había conseguido la última en 2004 en el GP de Brasil), y 15 años desde la última conseguida por Williams en alianza con Renault (triunfo de Villeneuve en Nürburgring en 1997). Esta vez con el FW34 RS27 V8. Habrá que esperar para saber si se trata del inicio de una segunda etapa de victorias y gloria.

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