miércoles, 18 de julio de 2012

ELIO, EL RICO ENTUSIASTA DE LA VELOCIDAD

NOTICIAS VELOCES

Historias de la Fórmula Uno

Concurrió en una época, donde la Fórmula 1 se vistió de gala. Difícil es pensar en un deporte donde el olor a combustible, el hollín de las gomas y el ruido extremo de los motores encendidos, atraigan a personajes tan disímiles entre sí. Pero hubo un joven italiano que engalanó los paddock y vistió las pistas de seda. Su nombre: Elio De Angelis.

Es sabido que el automovilismo es, en su esencia, un deporte que requiere de dinero para poder practicarlo. Pero Elio De Angelis dijo una vez: “El dinero no puede pagar el ser apasionado en el deporte”. Esa sensación profunda y veraz, despertó el interés de muchos seguidores de la F1, llegando a catapultar al italiano como un verdadero ídolo de carácter popular.

Hijo de una familia extremadamente adinerada con residencia en Roma (Italia), Elio recogió de los mejores colegios la educación más exquisita, y su habilidad y oído para ejecutar de manera excelente su amalgamada afinidad con el piano. La huelga de Kyalami en 1982 fue testigo de ello y el momento para dejar anonadados a sus colegas pilotos.

Se dice que los genes tienen mucho que ver con lo que se hereda. Su padre, Giulio, fue un excelente piloto de lanchas “Offshore” y se puede deducir que el pequeño Elio, heredó el entusiasmo por la velocidad desde muy temprana edad.

SU ARRIBO A LA F1

Luego de pasar por categorías promocionales y de Fórmula demostrando en cada una de ellas gran destreza y talento, su padre le prestó el dinero para pagar ocho carreras de Fórmula 1 en 1979.

Fue entonces que en aquel año, bajo la lluvia, sorprendió a conocidos y extraños la habilidad del joven italiano, donde con un monoplaza, muy inferior (en relación con el resto del parque) de la escudería “Shadow”, obtuvo un excelente cuarto puesto en Estados Unidos. Solo una competencia debió transcurrir para que Colin Chapman pose sus ojos en él, fichándolo rápidamente en el equipo de su propiedad (Lotus) previo a una prueba donde cinco pilotos, y entre ellos Nigel Mansell, formaron parte.

Para el año 1981, De Angelis había devuelto a su padre el dinero prestado gracias a su ficha con Lotus y los primeros premios en publicidades.
Fue en los legendarios autos negros de factoría inglesa donde desarrollo mayor tiempo dentro de la categoría.

Elio tuvo como ejemplo práctico al campeón mundial de 1978, Mario Andretti, quien fue su compañero de equipo, amigo y maestro. El ítalo-estadounidense ele enseñó mucho de lo que el joven velocista asimiló rápidamente, demostrando en cada salida a pista una mejor performance.

Andretti se refirió sobre su amigo: “Elio puede ser rico, pero conviene no tomarlo a la ligera. Es muy bueno, y pronto puede estar entre los mejores”.

Su condición social hacía que “su mundo” lo tenga siempre como protagonista en las más variadas actividades fuera de las carreras. Colin Chapman, recriminó al joven sobre las obligaciones de ser un deportista de elite: "Estás en Ibiza en vez de entrenar con el equipo. Eso no es ser profesional", manifestó el propietario del equipo y de algún modo dueño de su futuro deportivo. Desde aquel momento todo cambió para mejor.

CON NOMBRE PROPIO

La madurez como deportista trajo consigo el poder borrar un perfil que al mismo Elio le molestaba. Ser “El hijo de papá” de manera burlona y a sabiendas de que el dinero todo lo compra, De angelis pudo revertir esa imagen tan efímera como absurda. Elio ya se valía por sí solo y nada ni nadie pudieron entremezclar fortuna con habilidad.

En la 13º fecha del Campeonato Mundial de 1982 logró su primera victoria en el Gran Prix de Austria, ganándole tan solo por 0,05 segundos a Keke Rosberg (quien corría a bordo de un bólido muy superior como lo era el Williams). Aquella memorable tarde fue la última vez que Chapman lanzó su gorra por el aire de alegría, ya que ese mismo año falleció.

Su segunda y última victoria fue en el Gran Premio de San Marino de 1985, aventajando por una vuelta a su escolta Thierry Boutsen (Arrows –BMW).

LA MUERTE INFAME

La llegada del prometedor brasileño Ayrton Senna en 1985 desplazó a Elio a un segundo plano, y rechazando la posición de segundo piloto, emigró al equipo “Brabham” al año siguiente.

Brabham era para aquel momento un monoplaza revolucionario pero extraordinariamente problemático. El italiano al ver que el medio no lo ayudaba a conseguir buenos resultados, pidió al equipo acudir a los siguientes entrenamientos privados en el circuito de Paul Ricard para intentar solucionar los inconvenientes del vehículo. Aunque en principio debía haber sido su compañero Ricardo Patrese quien rodara en el trazado francés, Elio fue quien finalmente lo hizo.

La prueba se realizó el 15 de mayo de 1986 y solo algunos mecánicos vieron el fatídico accidente. Transitando a fondo las rapidísimas eses de “Verriere” el alerón trasero se desprendió. El vehículo comenzó a dar vueltas hasta quedar boca abajo, con De Angelis atrapado dentro del habitáculo. El australiano Alain Jones fue el primero en llegar, luego Nigel Mansell y Alain Prost. Los comisarios de pista no se encontraban en el lugar, y fueron ellos mismos quienes intentaron socorrer a l italiano dando vuelta al monoplaza sin éxito.

Diez minutos más tarde, el auto comenzó a incendiarse con Elio desvanecido dentro y fue el humo el que empezó a asfixiarlo.

Al llegar uno de los responsables de la seguridad en circuito, vació el contenido del extintor hacia el propio piloto y no hacia el motor. El helicóptero de rescate tardó media hora en llegar hasta el lugar del accidente. Luego de extraer el cuerpo mal herido del piloto, fue trasladado hasta un hospital en Marsella.

El histórico doctor Sid Watkins, responsable médico de la Fórmula 1, recibió una llamada aquella noche. “Solo se rompió la clavícula en el accidente” le informaron, pero el parte médico no era para nada alentador. Por la falta de oxígeno en medio del incendio y los gases del extintor, estos habían causado las peores consecuencias en el cerebro del piloto italiano. Los daños fueron fatales.

Fue entonces que horas más tarde de lo sucedido, se apagó la vida del apasionado Elio, dejando en la memoria su impronta de deportista nato, su obstinación por ser cada vez más rápido y la estampa de un gentleman que vistió de buen gusto, comportamiento y educación a la máxima categoría del automovilismo mundial.

ANECDOTAS Y RECUERDOS

A Elio, se lo recuerda como a un “tipo común” al que nunca hizo de su condición social un gesto elitista Era tímido, introvertido y extremadamente educado.

Adrian Sutil lo ejemplifica: “En definitiva, Elio De Angelis era una suerte de "uomo del Rinascimento" en la Fórmula 1. Pero también capaz de terminar tercero en la clasificación general de 1984, por detrás de Niki Lauda y Alain Prost”.


En una ocasión en Brasil, se tiró al mar para salvar a Peter Collins, miembro de Lotus, al que arrastraba la corriente. "Fue la vez que más miedo pasé en mi vida, más que en un coche". Amante de los relojes, recién incorporado a la Fórmula 1, se enamoró de un Rolex extremadamente caro que no quería permitirse por su elevado costo. Uno de los miembros del equipo, Jo Ramírez lo reprochó cariñosamente: "¡Por Dios, ahora eres un piloto de Fórmula 1, y eres rico, te lo puedes permitir!” Al final Ramírez consiguió el reloj a buen precio a través de Jackie Stewart. De Angelis se quitó de la muñeca un Baume & Mercier de oro y se lo regaló a Ramírez como agradecimiento.

Elio, fue parte de la Fórmula 1 desde 1979 hasta 1986. Fue integrante de los equipos Shadow, Lotus y Brabham. Corrió 109 grandes premios, consiguió 9 podios, 3 poles y ganó 2 carreras.

Este es el reconocimiento a un gran piloto. Desde Noticias Veloces cerramos los ojos y nos llegan los recuerdos más emocionantes de personajes que dejaron su sello de personalidad y virtuosismo dentro del deporte motor.

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