Por: Leandro Bolano
El ingeniero civil Hermann Tilke, es el responsable técnico de la construcción, remodelación y deformación de muchos de los circuitos que en la actualidad transita la Fórmula Uno.
Pese a la readecuación de los autódromos, impuesto por la Federación internacional del Automóvil (FIA) a principio del nuevo milenio, Muchos de los históricos circuitos como por ejemplo el de Hockenheim (Alemania) solo conservaron su nombre, pero se les despojó de su mística y esencia.
Si bien a través de los años el escenario alemán, sufrió algunas alteraciones, fue en 2002, el año de su pérdida de identidad.
De 6.823 mts. Pasó bruscamente a los 4.574 mts dejando fuera en el recorte a un sinfín de historias y alternativas que cautivaron a los seguidores de la máxima categoría del automovilismo mundial.
Tal vez, Hockenheim, es el más emblemático por haber pasado por las tijeras afiladas de Tilke, quien no priorizó en su intervención quirúrgica, la historia, causas y efectos del trazado alemán.
Hasta antes del 2002, el trazado del circuito se destacaba por ser uno de los más largos de la temporada de Fórmula 1, con un sector rápido que constaba de cuatro rectas de aproximadamente un kilómetro, cortadas por tres "chicanas " lentas que permitían numerosos adelantamientos.
La adaptación aerodinámica de los monoplazas fue para aquel entonces un verdadero dolor de cabezas para los ingenieros de los equipos, ya que sin carga los bólidos llegaban en los sectores más rápidos a velocidades superiores a los 345 Kmh debiendo los pilotos girar en las chicanas y curvas de manera sostenida y modulando la aceleración para no perder la adherencia con el suelo.
Para muchos de los seguidores de la F1, la fecha esperada dentro del calendario para vivir la experiencia de Hockenheim, ya no es lo mismo, y les viene a la memoria la imagen del hombre “manos de tijera”, aquel que, con las directivas de la FIA, no dudó en recortar buena parte de su historia.
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