jueves, 1 de agosto de 2013

LAUDA EL CAMPEÓN DE LA PERSEVERANCIA

NOTICIAS VELOCES
(Historias de la F1)

 A 37 años del espectacular accidente en el viejo trazado de Nürburgring  protagonizado por Niki Lauda que casi le cuesta la vida, hasta la actividad actual de un verdadero personaje del mundo de la Fórmula Uno.


Por: Leandro Bolano


Es frecuente que las cámaras sigan con atención cada movimiento en el Paddocks de la Fórmula Uno. Entre empresarios, dueños de equipos, pilotos, promotoras, celebridades y también a personajes únicos y emblemáticos que se posan en el centro de la escena.
Vinculado desde el asesoramiento a varios equipos, es quien se deja mostrar distinto ante el resto de la gente. Su gorra roja que fue cambiando sus publicidades a través de los años demuestra que su imagen  sigue siendo proveedora de multitudinarias miradas a través del globo.
Piloto, empresario y padre de familia es el personaje que  hizo trascender  Andreas Nikolaus Lauda, más conocido como “Niki” quien dejó no solo una huella en la historia de la Formula Uno, sino que también en su propio cuerpo  amalgamando no caprichosamente un lazo que los tendrá como sinónimos uno del otro por el resto de la historia.
Nacido en Viena (Austria) el 22 de Febrero de 1949, Lauda comenzó a escribir su capítulo deportivo motor en 1968, llegando a la F3 en 1970 y ascendiendo a la F2 un año más tarde en el cual también hizo su ingreso a la F1. 
Su llegada a la máxima categoría mundial fue al comando de un monoplaza de la escudería March- Ford hasta 1972. La butaca del BRM lo vio ocupar ese sitio solo por un año ya que “Don Enzo” (Ferrari) había pedido referencias a Clay Regazzoni sobre el joven austriaco y este lo calificó para integrar en la siguiente temporada a Niki a la escudería Ferrari.
Maranello fue el centro de actividades para modelar a gusto de Lauda las maquinas rojas que le permitieron obtener dos campeonatos mundiales (1975 Y 1977) en 4 años de contrato.
Es en este Pasaje de la historia cuando el drama y la incertidumbre se apoderaron del ambiente en ocasión de la 10ma fecha del calendario mundial de 1976 en Nurbungring (Alemania). Aquel 1ro de Abril en la curva de “Berwerk” y transitando la segunda vuelta de competencia, Lauda perdió el control de su Ferrari y se estrelló contra el muro de contención. El vehículo se incendió con Niki sin poder salir de las llamas y estás cubriendo por completo su rostro el cual se encontraba sin el casco producto del impacto.
Sus rivales en la pista, Herald Ertl, Guy Edwards y Arturo Merzario se lanzaron de sus autos para ayudar al austriaco, poniendo en riesgo sus propias vidas. La valentía y el sentido de solidaridad  hicieron que las acciones den como resultado la extracción del piloto mal herido del monoplaza.
Las imágenes del accidente recorrieron el mundo y dejaron estampadas para siempre en la memoria de los seguidores de la F1 lo que no se quiere ver nunca más… accidentes absurdos que atentaran contra la vida de un piloto.  
Sorprendentemente a un mes y 12 días del accidente, Niki se volvió a calzar el buzo, el casco y los guantes para afrontar el último tramo de temporada. El asombro fue general entre los seguidores de la F1 a través del mundo. Con su cara desfigurada por las lesiones irreversibles que le ocasionó el fuego, Lauda había llegado a Imola (Italia) para dejar atrás todo lo sucedido y volver a pelear ahora con James Hunt y su potente McLaren por el título de 1976.
Italia marcó su retorno con un 4to puesto, mientras que en Canadá y Estados Unidos obtuvo un 8vo y 3ro respectivamente, poniéndose a tres puntos de ventaja de cara a la fecha final en Fují (Japón)
Bajo condiciones climatológicas adversas por la gran cantidad de agua caída en el circuito nipón y el mal funcionamiento de los drenajes, el trazado se puso cada vez  más peligroso.
Verdades que no se pueden fundar con hechos concretos
Aquel domingo lluvioso dejó distintos relatos en virtud a lo que sucedió antes, durante y después de la fecha coronación. Lo que marca la historia es irrefutable en cuanto a resultados concretos, pero también existe otra historia que tal vez es difícil de comprobar, pero también cobra sentido en la sucesión de hechos desencadenantes.   
Esta cuenta que Lauda se reunió con la mayor parte de los pilotos y estableció verbalmente el retiro voluntario de la competencia, si las condiciones meteorológicas seguían haciendo peligrosa la actividad en pista.
Bajo la premisa de dar algunas vueltas para satisfacer la necesidad del público y  sobretodo de la televisión, deberían ir renunciando a poco del inicio a la acción de competir y uno a uno ingresar a la zona de boxes para dar por concluido no solo la competencia, sino también la temporada.
Este hecho sería visto como una señal de reclamo mudo a la posibilidad de un accidente en estas condiciones.
La carrera comenzó y Lauda se retiró a dos vueltas del inicio. Se bajó de su auto  contra la voluntad de su equipo. Se quedó en el muro mirando el transcurso de la competencia y esperando a quienes deberían parar, pero solo los brasileños Carlos Pace y Emerson Fitipaldi lo hicieron.
El resto siguió en carrera mientras que Lauda se retiró del circuito rumbo al aeropuerto. Los competidores siguieron girando hasta que dejó de llover. Hunt  rompió una goma trasera a poco del final y todo parecía que el titulo de 1976 se iría para Austria nuevamente, pero en una remontada épica y luego de su paso por los pits para el recambio de la cubierta, el Inglés escaló hasta la 3ra colocación y de esa manera finalizó la última prueba del año coronándose campeón por solo un punto de diferencia.
Este hecho fue denominado como “La traición en el monte Fuji” y le valió a James Hunt su única corona y a Niki Lauda la frustración de perder su segundo título consecutivo y la antipatía dentro de la escuadra Roja.
Segundo Título
Un año más tarde (1977) logró la segunda corona sumando 72 puntos siendo el hombre y maquina a vencer, pero desmotivado se marchó al final de la temporada firmando contrato con Brabham, equipo con el cual terminó por decidir su retiro prematuro de las pistas después de dos años de permanencia y escasos resultados que lo motivaran a seguir.
Una parte de la prensa especializada, sostuvo que Lauda no tenía más el espíritu de competidor nato y él mismo selló su retiro de manera tímida y sin hacer muchas declaraciones al respecto.
Se dedicó a manejar su propia empresa de aviación y dejó guardado su equipo para competir en algún lugar accesible. De esta manera dejó la puerta entreabierta a un retorno que no tenía fecha de vencimiento, él solo se daría cuenta si su retiro sería definitivo con el correr del tiempo.
Pasaron dos años hasta que invitado al GP de Austria, el equipo McLaren lo tentó con la propuesta de pilotar uno de sus coches para la siguiente temporada con el desafió de tener como compañero al francés Alain Prost.
A Lauda le surgió nuevamente el instinto guardado pero no olvidado de la competición y en 1982 se reincorporó al circuito internacional con la escudería McLaren, con la que en 1984 ganó por tercera y última vez el mundial. Se retiró en 1985 para dedicarse al negocio de la aviación comercial, aunque siguió vinculado a la Fórmula 1 como consejero técnico de la escudería Ferrari y luego Mercedes Benz. 
 

 


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