martes, 1 de mayo de 2012

- EL AUTOMOVILISMO DESDE OTRA MIRADA -

NOTICIAS VELOCES

Sobre una fotografìa de Fabio Vignolles

Por :Leandro Bolano

Fin de semana de carreras en algún lugar de Argentina, domingo de Turismo carretera y los primeros grises del humo que proporcionan las llamas queriendo encender los carbones de un asado que se alista para ser disfrutado.

El mediodía se hace presente, el viento sopla con timidez agitando las pasturas y las copas de los arboles y el brillante sol comienza a calentar de manera gradual todo lo que en la superficie se encuentra.

Un muchacho se arrima con pasos cortos hasta el alambrado perimetral, casi inadvertido por el resto de los espectadores que se encuentran charlando y ocupados en grupos de amigos o simplemente vecinos transitorios, de esos que se encuentran en cualquier autódromo del país.

Un bastón aferrado al puño, le sirve para evadir las dificultades del terreno hasta llegar al margen de la pista separado por el cercado de alambre. El joven presiente y luego siente, arrugando el tejido romboide con su puño derecho, agacha su cabeza hasta pegar su mentón en su pecho, y al vibrar que produce el sonido de avispa que revolotea, busca centrar su oído en el espectro de estremecimiento.

Los espectadores, dan cuenta de la salida a pista de los vehículos, pero el joven ya estaba atento mucho antes de que el resto lo sepa. Sus sentidos se convulsionan, el olor al combustible quemado por los escapes, o el del caucho por la fricción entre frenadas y derrapes, dan el perfume identificatorio de las maquinas zigzagueantes.

La transpiración le corre fría desde la nuca hasta los pies como un rayo, mientras que los oídos se llenan de aceleraciones y contra explosiones. El se queda inmóvil y solo percibe, recepciona, asimila, y se hace parte del espectáculo.

Él es no vidente, y sin embargo está ahí, al costado de la pista, mientras que muchos podrían preguntarse ¿qué puede llegar a entender de carreras? Sin embargo, ese muchacho lo vive de otro modo más sensitivo, más en armonía con el medio ambiente, el no puede ver, pero seguramente puede sentir la pasión que produce el rugir de los motores de una manera no conocida por muchos.

Dentro de la subjetividad del deporte, se encuentran los seguidores, individuos que legitiman esas prácticas como populares y de consumo masivo. Altos, bajos, morochos, rubios, hombres, mujeres, niños y entre ellos sujetos con capacidades diferentes.

Ésta fotografía, explica desde la imagen un sinfín de historias posibles. Un día, una hora…un momento mudo en sonido, pero altamente expresivo en interpretación y lectura del retrato congelado en el tiempo.

El deporte como medio para el consumo, sin restricciones ni derecho de admisión recolector de relatos e historias, nos deja ver una más entre muchas, una mirada distinta de cómo observar justamente lo que no se puede ver con los ojos.

1 comentario: