sábado, 18 de mayo de 2013

ACTC…¿ AUTOMOVILISMO PARA POCOS?

NOTICIAS VELOCES
(Opinión)
 por: Leandro Bolano
(@tbolano)



Si vamos a la definición de deporte podremos encontrar que: “es toda aquella actividad que requiere de un reglamento para ser practicada con igualdad entre sus participantes”. Ahora… como sería la nueva definición del deporte si las reglas se cambian convenientemente  a favor del negocio con fines de lucro del espectáculo?
Seguramente dejaría de ser un deporte y con ello quienes trabajaron en la proyección de resultados valederos en una instancia anterior, se ven obligados a cambiar el rumbo por ser quienes de alguna manera neutralizan las acciones del resto.
Poco serio y responsable es  la administración del espíritu deportivo que acentúa la categoría más antigua del mundo. Los cambios son molestos  para todos y hasta en la vida cotidiana de cualquier ser humano, pero… aquí se movilizan pasiones y estados de pertenencia, a marcas y pilotos.
Desde lo pactado con la televisación para todos, que dicho sea de paso nos deja siempre con las ganas de ver por la Tv a las series del TC Pista y creando un perjuicio sobre los equipos que necesitan imperiosamente mostrar sus publicidades... “a Todos” y sin embargo no tienen eco y resultan presos de los exorbitantes valores que permiten a un piloto correr por solo 30 minutos de aire.
Los valores anti-populares de los ingresos  y llamar a la familia del TC que se sume a la fiesta de unos pocos, termina por indigestar hasta el más sano de los fieles seguidores.
La distorsión entre lo histórico y lo actual se ve reflejado en los cambios autoritarios y también en la desobediencia de su público, quienes al parecer por los números de asistencia a los circuitos diseminados y elegidos políticamente, demuestran unos escases importantes de concurrencia.
Debe ser que todavía me quedan los resabios del romanticismo por lo más genuino… ver carreras de autos y dar cuenta de que quien gana, lo hizo porque realmente trabajó por ese objetivo y que también  cuando veo a los amigos y a la familia en un autódromo,  lo hacen porque se sienten parte  del folklore.
El tiempo pasa y los intereses comerciales y económicos parecen borrar la historia y la concepción lúdica de correr para ganar y también la de ser espectadores  para observar  el esfuerzo de muchos pilotos y grupos de trabajo quienes no encuentran un nicho de estabilidad que les permita proyectar el trabajo a futuro.   

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